Soy Yolanda Erre Blanco; no es que omita mi primer apellido, es que la eñe no es muy compatible con esto de la informática, costumbre anglosajona, sin la que ya no podemos vivir los senderistas de las redes sociales. Mi profesión nada tiene que ver con flirtear con letras, sino más bien con agujas y dolencias; pero nadie es perfecto. Desde hace años pretendo transmitir, lejos del mundanal ruido, mis observaciones. A veces en clave de humor, otras como la cruda realidad, pero siempre concluyo con relatos amateur que si son leídos, doy mil gracias. No es victimismo, lo entiendo como caridad del lector. Me gusta mucho el cine, tanto como para ser cinéfila no sé, pero que me trago bodrios que recomiendan y los veo como medicina, muchas veces. Creerme cuando os digo que se puede hacer una gran cura carminativa con el celuloide. Sin más esa soy yo o lo intento.
Acerca de Relatos olvidados en el metaverso
«La palabra precisa tal vez sea efectiva, pero ninguna palabra jamás ha sido tan efectiva como un silencio preciso» Mark Twain (eso dice Wikiquote)